ALBARRO

Álvaro Villamañán es ceramista “por casualidad” según su propio decir y aprendió su oficio de forma autodidacta empezando a los 22 años.  Tal vez sea ese el motivo que le lleva a tener un alfar donde no solo trabaja, sino que también imparte cursos y talleres.

Álvaro tiene dos líneas de trabajo: por un lado, hace objetos cerámicos utilitarios siguiendo la tradición “kohiki“ y “Shino” con una amplia variedad de diseños. Por otro lado, hace una línea más artística que cuece en sus hornos anagama y que se inspira en la cerámica “Shigaraki” e “Iga”.

Domina el torno de alfarero y las cocciones en el horno tanto de gas como de leña. La cerámica de Álvaro está inspirada en la japonesa Kohiki y Karatsu y su fuente es más la tradición que lo contemporáneo.

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