MIGUEL ÁNGEL ALONSO

La maestría de dorador es una de las mas antiguas de entre los oficios que aplican a las artes suntuarias. Sabemos que los bajos relieves de Nínive estaban decorados con pan de oro ; han llegado hasta nuestros días sarcófagos egipcios hechos hace 4000 años y siguiendo esas mismas técnicas se creó la galería de los espejos en Versalles y la Virgen del Sagrario de Santa Cruz de la Zarza que Miguel Ángel Alonso Peña restauró.

La técnica del dorado al agua es la más difícil para un dorador. Miguel Ángel la domina y la sigue practicando con los materiales nobles que hacen que perdure desde hace tantos milenios. Preparar la madera, cubrirla con el estuco que es necesario tender en varias capas y lijar para obtener una superficie lisa y voluptuosa, aplicar el bol que permitirá que el oro se adhiera y que tenga esa particular transparencia rojiza con el paso del tiempo, bruñirlo y protegerlo… tantos procesos donde el conocimiento de los materiales, de las temperaturas, tiempos de secado, además de las destrezas, son muchos y complejos.

Las historia de los marcos, de los dorados, estofados, o policromados es paralela y contingente con la historia del arte. El taller de Miguel Ángel es un bastión que la industrialización no ha tomado para suerte de todos los amantes de la belleza y de la calidad.

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