UNAI GABILONDO

La historia del arte está trufada de jóvenes como Benvenuto Cellini, Alberto Durero o Quentin Metsys que empezaron su labor creativa en talleres artesanos. Esto implica un gran conocimiento de la materia y de las técnicas para transformarla en objetos que trasciendan, y es un factor muy enriquecedor que confiere por ello al artista una gran libertad.

Unai Gabilondo es hijo y padre de un ebanista y no busca en su trabajo únicamente un fin utilitario, sino también, a través de su maestría, un medio de expresión creativa. Indaga en los procesos de fabricación, de exposición y en la materia, sin buscar un resultado final de lectura estética cerrada. Reflexiona sobre conceptos como las razones que nos inducen a preferir diferentes formas en cada época, o si la dificultad técnica implica belleza en si, o en porqué valoramos maderas que en tiempos pasados se consideraban marginales…en suma, estudia los valores que la sociedad adjudica o percibe en los movimientos estéticos.

Una silla es una silla salvo cuando desafía el universo conceptual que la sociedad ha establecido al atribuirle su uso. La silla de Unai navega de forma transversal, con un discurso acorde a nuestros tiempos, entre escultura, diseño y artesanía, y con ello nos insinúa nuevos códigos abiertos, nuevas interpretaciones.

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