LUIS PARADES

Luis Parades tenía 17 años cuando, realizando unas prácticas de verano en una cristalería industrial, descubrió el material al que dedicaría su vida. Cuatro décadas después, desde una aldea del centro de Asturias que se llama como él, Parades se ha labrado, a base de audacia y tenacidad, un nombre en el exclusivo y exigente circuito del vidrio contemporáneo internacional.

 De manera autodidacta, al principio dando palos de ciego, ensayando con un primer horno de cerámica, Parades buscó por sus propios medios el modo de domesticar el vidrio y llevarlo a su terreno poniéndole color y vida. Aunque su trabajo no ha ido por los derroteros del soplado, encontró en la Escuela de La Granja los maestros que le guiaron en esa búsqueda personal. Después, una serie de viajes a Londres y a Francia le abrieron los ojos y le pusieron en contacto con un mundo al que supo que podía y quería pertenecer.

 Premiadas dentro y fuera de España, sus piezas son joyas de belleza condensada y detenida que cuentan historias. Por eso a Parades le llaman el poeta del vidrio en salones como Résonance[s], en Estrasburgo, la exposición anual de artesanía artística más importante de Francia, a la que lleva acudiendo diez años. Sus presentaciones en este y otros certámenes, para las cuales él mismo diseña la arquitectura efímera y la iluminación, han cimentado su proyección en Europa, Estados Unidos, Australia y Asia.

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