VICENTE GRACIA

Vicente Gracia nació en 1961 en Valencia, una ciudad donde el trabajo del oro y la plata destacan por su rica tradición. En el taller de su padre descubrió la magia del trabajo artesanal y su fascinación por los colores, el brillo, la textura y el singular simbolismo de las piedras preciosas se impusieron a su creatividad.

Vicente estudió en la Escuela Massana de Barcelona centrando su interés en los metales nobles y las gemas más desconocidas y originales que requieren conocimientos específicos.

El proceso creativo de las piezas más emblemáticas de su colección nace siempre con la idea de transmitir un pensamiento poético y un valor espiritual y simbólico que conmueva.

Sus estudios de diseño, en la Escuela Massana de Barcelona, se centraron profundamente en los conocimientos relacionados con diferentes materiales como el oro, la plata y las gemas desconocidas, que se utilizan con especial dedicación y esfuerzo. Todos sus sentimientos están involucrados en esta materia. Esta es la razón por la que el amor que pone en su profesión es toda una obra maestra, llena de calidad excepcional y fuerte carga intelectual.

Estas cualidades ayudan a decidir un diseño y unos componentes que se trasladan a un boceto sobre papel para más tarde convertirlo en una precisa pieza infográfica con una buena perspectiva que ayuda al cliente a comprender mejor dicho diseño.

Una vez que el cliente aprueba el diseño se pasa a la elaboración de la pieza, en la que se eligen las piedras y colores y, con los artesanos, se realiza el proceso de fundición, entrelazado y soldadura.

A continuación, se procede al esmaltado, pulido del metal y engastado de piedras preciosas. Terminado el engastado se pasa a dar los acabados finales que incluyen un toque personal, parte de su secreto profesional, y que otorgan esos colores oro que caracterizan a sus obras.

La presentación final de la pieza va acompañada de un poema o idea transcrita que la simboliza con la caligrafía propia de Vicente Gracia, a modo de certificado de garantía y de autenticidad que avala esta joya única.

Para estar en contacto con su mensaje particular y alegórico, para descubrir la metáfora que cada forma tiene dentro, el secreto que revela podría ser una experiencia mística y filosófica. Después de todo, el objetivo de las joyas es reunir a los seres humanos con lo Divino. Es por eso por lo que el joyero, ha sido considerado como un alquimista, un mago, pudiendo llegar a La Iluminación, el verdadero tesoro, pudiendo curar el alma humana.

Temas sugerentes como "El Ave del paraíso" o "El Árbol de la vida" pueden mostrar su inspiración oriental. Revelando su habilidad para acercarse a todos los abrigos mediterráneos, como en el pasado hacían los mercaderes valencianos. Exactamente de este mar antiguo y fascinante y de las culturas que lo abrazan, obtiene la mayor parte de su estímulo creativo.

A través de sus colecciones únicas, Vicente Gracia muestra sus fuertes raíces españolas, el rescate, una parte de la tradición cristiana, y la otra, del legado árabe, fenicio, greco-latino y judío, que tiene la historia de España.

Vicente es considerado como uno de los artistas más representativos en lo que se refiere al diseño español; Se destaca por los Editores de Vogue por ser uno de los 20 joyeros más prestigiosos del mundo. Con el Premio Nacional de Diseño (1986), el Premio Internacional de Joyería de Valencia (1988) y el Premio Nacional de Artesanía (2014), cuenta con importantes clientes, así como Instituciones Oficiales o el Palacio Real.

No es de extrañar la capacidad que tienen sus obras de arte de comunicar optimismo, vitalidad y especialmente alegría.

El edificio donde se encuentra su taller está dentro de la protección del Patrimonio Histórico Artístico. Se creó en 1898 por el arquitecto Caymon y es uno de los tres edificios de inspiración neo-mozárabe que podemos encontrar en Valencia. Su fachada está inspirada en la Alhambra de Granada.

Cuenta con una larga historia ya que aquí fue donde se reunieron los escritores durante la Guerra Civil en el Congreso de Escritores Antifascistas dirigido por Octavio Paz, fue sede de la Federación Anarquista Ibérica y en varias ocasiones la de la Real Sociedad de Tiro Pichón, hasta que se convirtió en la tienda taller de nuestra firma.

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